Alejandro Magno y el final del aislamiento de las culturas
Viví Papanagiotou, Giorgos Pappás
Traducción: Alejandro Aguilar.
Con el título "Alejandro Magno y la apertura del Mundo" abrió las puertas una exposición en el museo Mannheim de Alemania sobre el imperio alejandrino después de Alejandro. En el centro de la exposición, Asia Central.
Los museos Reiss-Engelhorn en Mannheim y el Instituto Arqueológico Alemán organizaron una exposición sensacional sobre Alejandro Magno y el final del aislamiento de los entonces mundos asiático y europeo.
En el centro de la exposición se encontraron las culturas y los pueblos de Asia Central. Se trató de una nueva y segunda lectura de la herencia de Alejandro Magno, ya que hasta ahora las exposiciones sobre el gran macedonio se centraban en Europa y Egipto.
¿Por qué es, sin embargo, importante la proyección de Asia Central en la herencia de Alejandro?
El profesor Alfreid Vitsorek, director de los Museos Reiss-Engelhorn de Mannheim y organizador de la exposición, explica al micrófono de la Deutsche Welle por qué es importante esta nueva mirada: "Porque con la expedición de Alejandro Magno fueron completamente creadas nuevas condiciones, nunca antes conocidas, en la región de Asia Central. Se creó una herencia cultural mixta y de muchas formas, que fue sellada por la cultura griega y helenística, pero también por las diversas culturas de los pueblos de la región. Esta herencia cultural mixta trajo repentinamente algo completamente nuevo. Por eso denominamos conscientemente nuestra exposición: "Alejandro Magno y la apertura del Mundo".
La bañera de Roxana de Kurgansol
400 objetos en exposición de los más grandes museos de Europa (Louvre, Museo Británico, Museo de la Herencia Cultural de Berlín, Emirtage de Petrúpolis) y de los Museos Nacionales de Taskent en Uzbekistán, de Buzambé en Tatzikistán y de Kabúl en Afganistán adornaron las salas del museo con la iluminación adecuada, efectos acústicos de representación de ceremonias y videos informativos.
Muchos de los objetos fueron hallazgos arqueológicos de los últimos cinco años, algunos, claro, del año antepasado, como la bañera griega de Uzbekistán.
La bañera simple, pequeña y de barro -seguramente para niños, pero claramente griega – fue denominada por muchos reporteros alemanes como "La bañera de Roxana". La disfrutamos a la media luz de la sala, llena de estudiantes alemanes y arqueo-helenistas ancianos. La bañera fue encontrada el año antepasado en la fortaleza Kurgansol, una de las diez fortalezas, como creen los arqueólogos, que construyó Alejandro Magno en el Río Oxos, el actual Amú Daria, entre Samarkandi y Alejandría.
Buda adquiere "apariencia corporal" después de la conquista alejandrina en Asia Central
A los once años de la expedición de Alejandro Magno, cambiaron en Asia Central las estructuras económicas y sociales, fueron influidos profundamente los valores culturales y las creencias religiosas de todos los pueblos de la región. El ejemplo más característico es la influencia del espíritu griego y helenístico en la representación icónica de Buda. Los arqueólogos han llegado a la conclusión en los últimos años de que Buda fue representado por primera vez después de la conquista de la región por el ejército de Alejandro. Antes no existía ninguna imagen y ninguna estatua de Buda.
El director y organizador de la exposición mencionó: "Como conocemos hoy a Buda y a sus diferentes estatuas, dicha representación no existía en el budismo temprano. Lo único que existía eran las huellas de sus pies o también las plantas de sus pies. Es decir, con la expedición de Alejandro Magno y las influencias que ejerció en las culturas de la región, Buda adquiere una "apariencia corporal". Así repentinamente Buda adquiere cuerpo y, claro, definiciones técnicas griegas.
Lo más interesante es que más allá de sí mismo, confirmamos muestras claras también en la representación de sus acompañantes, que descienden de la tradición helénica".
En la exposición se mostró una cantidad enorme de estatuas de Buda y de monedas con su forma que incluso el inexperto confirma su influencia helénica o helenística. Característicos fueron los glifos que representan la vida de Buda, como, por ejemplo, un gravado de piedra del siglo III d.C., donde su acompañante, Vairapani, el protector de la enseñanza budista, es un Heracles griego con su bastón de madera y su piel de león, mientras que la guirnalda, a primera vista, decorativa, son Eros (Amores) que rinden humildemente honores a Buda.
La influencias helénicas "fueron perturbadas" en la época de los talibán
Los historiadores alemanes sostienen que las influencias helénicas y helenísticas en la vida cotidiana y en la cultura de los pueblos de Asia Central fueron perturbadas en el siglo XX por la época de los talibán.
Hasta entonces y en la época de esplendor del Islam, las influencias helénicas no habían sido perturbadas. Esto significa que hasta entonces nadie había pensado en retirar símbolos, arquitecturas ni técnicas artistas que no respondían a la enseñanza del Islam. Por primera vez Asia Central vive entonces el fundamentalismo. De esa manera, talibanes armados destruyeron la mayoría de los objetos que no pertenecían al arte islámico, en el Museo Nacional de Kabúl y con carros de batalla y materiales explosivos hicieron explotar los enormes y famosos Budas de Bamian.
El comentario del arqueólogo alemán y director de los Museos es peculiar:
"Incluso en la época del Islam, las universidades de Asia Central, en Buhara y Smarkandi, eran quienes enseñaban los antiguos filósofos griegos. Un fenómeno que se interpreta porque el gran Averroes, el conocido filósofo del Islam, estudió filosofía griega en esas universidades, además de letras griegas. Escritos griegos fueron dados a conocer después en Bagdad, Damasco y quizá en el sur de España. Creemos que esta es la ruta a través de la cual la filosofía griega fue transmitida, ya que en aquella época, en Alejandría, Damasco y Bagdad, los escritos griegos habían ya desaparecido y habían llegado nuevamente desde Asia Central a través de esta expedida y antigua cultura mixta."
La exposición en Mannheim estuvo en exhibición hasta el 21 de febrero pasado y fue resultado de intentos coleccionistas de instituciones científicas y del gobierno alemán, el cual se encargó de la exposición a través del ministro de asuntos exteriores Franc-Walter Steinmaier.