Las pasiones de la lluvia
Kikí Dimoulá
Traducción: Alejandro Aguilar.
Entre pensamientos y absurdidades,
comenzó también la lluvia a deshacer la medianoche
con ese victorioso sonido de siempre:
si, si, si.
Sonido arrastrado, reflexivo, desierto,
sonido normal de una lluvia normal.
Pero la absurdidad,
otra escritura y otra lectura
me enseñó sobre los sonidos.
Y toda la noche escucho y leo la lluvia,
una sigma al lado de una yota, una yota cerca de la sigma,
letras cristalinas que se golpean la una a la otra
y murmuran un "tú (esý), tú (esý), tú (esý)".
Y cada gota, un "tú (esý)",
toda la noche,
el mismo sonido explicado,
un sonido sin amanecer,
tú (esý), una necesidad sin amanecer,
una lluvia de lenguaje lento,
como una intención naufragada,
algo largo que narrar
y dice sólo "tú (esý), tú (esý), tú (esý)",
nostalgia bisílaba (“e-sý”),
intensidad monosílaba,
un "tú (esý)" como memoria,
otro como censura
y otro como adoradora del destino,
tanta lluvia por una distancia,
tanto desvelo por una palabra,
mucho me mareó esta noche la lluvia
con su parcialidad.
Sólo "tú (esý), tú (esý), tú (esý),
como todo lo demás que sean despreciables,
de nuevo "tú (esý), tú (esý), tú (esý)".