Lytras, el pintor de la Navidad
Autor: Giorgos Mihailidis.
En "Onar", número 8, Diciembre de 2005.
Traducción: Alejandro Aguilar.
Navidad, año nuevo, árbol adornado, luces que prenden y se apagan, canciones navideñas llegan a los oídos. Hasta aquí todo es conocido y obvio, pero qué me responderán si les preguntara cuál es la obra navideña por excelencia. Naturalmente "Los villancicos" de Nikiforos Lytras. Puede ser que algunos no conozcan el nombre del pintor, pero es seguro que tienen en su mente grabada la imagen de los niños cantando los villancicos en el patio de una casa tradicional. Es atardecer y la luna sube en un todavía iluminado cielo. La ama de casa asiste con su hijo en brazos, mientras sostiene en sus manos granadas para desear a los niños "hasta el próximo año". Los cinco niñitos cantan los villancicos en compañía de la flauta y del tambor, uno sostiene una vela encendida, mientras que otro tiene pasado por su brazo una cesta para que pongan los ofrecimientos. Un sexto niñito curioso que asoma su cabeza en el fondo sobre la barda. Esa obra es tal vez la obra de arte más conocida del pintor griego, relacionado a las fiestas navideñas, y constituye, al mismo tiempo, la obra cumbre de Nikiforos Lytras en la pintura de lo cotidiano.
Nikiforos Lytras nació en 1832 en el pueblo de Pyrgos de Tinou. Habiendo sido criado cerca de su padre que era un escultor de mármol popular, tuvo desde pequeño el contacto con el arte, y rápidamente manifestó su talento en la pintura. En 1850 se inscribió en la Escuela de Bellas Artes de la Escuela Politécnica en Atenas donde estudió también seis años. Gran influencia sobre él jugó el profesor alemán Ludwig Tirs, mientras que desde temprano, ganó diversas distinciones en concursos anuales y en las exposiciones de la escuela. Con su graduación en 1860, parte a Munich con una beca estatal entre su equipaje para la Academia Real de Bellas Artes, el centro de la vida artística europea en aquella época. Ahí se completa como pintor en un ambiente ideal con el famoso maestro Karl Theodor von Piloti. En 1865 regresa a Atenas y se determina como maestro en la sede de la Escuela de Bellas artes, específicamente, en la facultad Superior de Pintura de la Escuela Politécnica, donde enseñará por 38 años completos hasta el año de su muerte de 1904.
Nikiforos Lytras es, sin lugar a dudas, uno de los formadores del venidero espectro artístico en Grecia durante la segunda mitad del siglo 19, y naturalmente con fuertes influencias también en el desarrollo posterior de la pintura helénica moderna. La mayoría de pintores de la nueva generación pasaron por su taller. Pantazis, Lebesis, Altamuras, Iakovidis, Vokos, Roylós, Geraniotis, Mathiopoulos, Othoneos, Vikatos, Argyrós, e innumerables más. Incluso Bouzianis es probable que haya estudiado cerca del gran maestro, por un periodo, de la pintura helénica. Fue el primero que presentó obras inspiradas en la vida y costumbres de Grecia con particular sinceridad, sensibilidad y simplicidad. Se desenvolvió, desde temprano, como pintor oficial de retratos de la alta sociedad de Atenas, creando artísticamente retratos memoriales de cuerpo completo de miembros de las familias Serpieri, Kaftatzoglou, de directores del Banco Nacional y de otros distinguidos Atenienses; obras que son catalogadas entre las muestras más importantes de la pintura helénica del siglo 19. Representó a Grecia, al lado de sus famosos compañeros, en Exposiciones Mundiales de París en 1855, 1867, 1878 y en Viena en 1873, mientras que fue galardonado con la Cruz de Oro de Sotiros en 1903.
Indiscutiblemente "Los villancicos" es una pequeña muestra de la obra de Nikiforos Lytras, es, sin embargo, su obra y cuadro más conocido y reconocible. Alimento un respeto ilimitado por el valor y la tematicidad múltiple de la obra del pintor, pero me atrevo a decir que en mi corazón, Nikiforos Lytras se ha grabado como el Pintor de la Navidad.