Un poco sobre la importancia de las lenguas helénicas.
D.I.L."La lengua griega" en Revista Davlos, 304, pp. 21102 – 21105
Traducción: Alejandro Aguilar (fragmento).
Es la única lengua histórica estable (en el sentido matemático del término) del Helenismo. (Estado griego, cultura, política y sistemas sociales y lo demás que resultó de ella, lo que caracterizó y expresó Grecia en su recorrido histórico, incluso su denominación, ya sea cambiaron o desaparecieron completamente con el paso del tiempo, ya sea que se hayan perdido para siempre o hayan sido perdidos en parte por largos periodos temporales).
Es la lengua-madre o por lo menos la lengua-base de todas las lenguas de la Tierra, principalmente en lo que respecta a los nombres-palabras que se atribuyen a las abstractas y teóricas ideas (por consiguiente la terminología del Conocimiento y del Pensamiento).
Es la lengua viva más antigua hablada hoy en día sin interrupción del globo terráqueo.
Es la lengua-monumento de una desconocida (antediluviana) época en la historia, como se demuestra matemáticamente del hecho que sus primeros monumentos escritos y más antiguos, que se salvan hoy (Homero), contienen una riqueza enorme de vocabulario, de conocimientos e ideas, cuya creación presupone una cultura que fue promovida y duró muchos milenios, absolutamente necesarios para que el tiempo se diera a la obtención de dicha riqueza.
Es la única lengua, de la cual “el nombre es semejante a la cosa y los elementos (sus sonidos eufónicos y sus letras plásticas, por las que es conformada cada una de sus palabras) son semejantes a las cosas natas por naturaleza”, como dice Platón en el “Cratilo”, consecuentemente es la única lengua en la que cada palabra suya “fue elaborada” obligatoriamente así, porque sólo así denomina lo confiable (motivadamente), la cosa (lo señalado o significado), mientras en todas las otras lenguas la “elaboración” de las palabras viene a ser arbitrariamente sonora y gráfica (sin motivación alguna), con tales elementos constituyentes (sonidos y letras) consiguió, el primer hablante, utilizarla, la estableció y fueron imitados; los siguientes que “convencionalmente” los reciben con el mismo procedimiento y establecimiento del pensamiento, de las palabras.
La lengua griega, luego de sus particularidades indiscutibles señaladas arriba, resulta que no trae como consecuencia simplemente un medio de entendimiento y comunicación, hablada o escrita, como ocurre con todas las otras lenguas, sino es el conjunto de un registro codificado de la natural, social, teórico-abstracta realidad. Su singularidad rinde cuenta del admirable hecho de que sobrevivió dentro de un Mundo, como su mundo, después llamado "Prehistoria", de una época, el cual utiliza la Lengua, exclusiva y solamente para comunicarse y entenderse. En la realidad, la Lengua-código griega en este mundo, sin palabras, resulta una "inútil suntuosidad" y tal debería haber sido abandonada y desaparecido. Y en realidad esto ocurrió por partes: El uso actual del Griego tiene demasiado mérito por su valor todavía comunicativo y sus "especiales", y claro que podríamos decir, que hoy la hablamos y la escribimos "sin saber qué decimos" a juicio común, es decir, la hablamos y escribimos como una lengua como todas las demás lenguas "comunicativas" y "convencionales" del Mundo. En esta "deshidratación" de enorme dimensión, debilitamiento y pérdida de sentido de la Lengua Griega confluyeron diversos factores, entre los cuales, en un lugar predominante, se encuentra el Cristianismo, que desde el principio se encontró adelante en el terrible dilema de desaparecer la lengua griega o utilizarla por necesidad, por causa del hecho que era la lengua internacional de la época y por consecuencia de su mundial poder. Finalmente cayó a la segunda parte del dilema, la pérdida de su importancia; la suposición maniática de tal pérdida, que siguió, no tiene precedente en la historia del Oscurantismo.