Αἱ μοῦσαι
Precisamente ellas enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto en tanto apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón. Y he aquí las primeras palabras que me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la Égida: “¡Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan sólo! Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad”. Tal dijeron las hijas bienhabladas del poderoso Zeus. Y me dieron un cetro después de cortar una admirable rama de florido laurel. Infundiéronme voz divina para celebrar el futuro y el pasado […]
Hesíodo, Teogonía, 22 – 32.
Ταῦτ᾽ ἄρα Μοῦσαι ἄειδον, Ὀλύμπια δώματ᾽ ἔχουσαι, ἐννέα θυγατέρες μεγάλου Διὸς ἐκγεγαυῖαι,
Κλειώ τ᾽ Εὐτέρπη τε Θάλειά τε Μελπομέενη τε
Τερψιχόρη τ᾽ Ἐρατώ τε Πολύμνιά τ᾽ Οὐρανίη τε
Κάλλαs ἣ δὲ προφερεστάτη ἐστὶν ἁπασέων.